La Taberna IV o la nuache de una Xana
Una música suave llega tras la puerta de la taberna y dispersa una señal de aromas como de plantas, de semillas de maíz y de tempranas ansias en esta noche. Intuyo en esta noche un descalzar de pies cuando vuelvo a esta taberna de mi pueblo una vez más, y, una vez más tomo la mesa que me gusta. Es la única desocupada. Miro el reloj y veo que se desatan ya diez de la noche y espero que a las once, o a las doce, se me abra la mirada sin nostalgia.
Hay dos mujeres rubias que ocupan una mesa frente a mí, me recuerdan un poco otros cabellos ese color rubio. Si no fuera porque en el color de los cabellos de ella hay un remiendo de vida y caracoles diría que es el mismo, pero no. La conversación de mis dos vecinas de mesa llega hasta mi vestida de una fala malquera (bable) geométrica, ancestral, esparce la cercanía de mi tierra por mi mente y esparce, también, el recuerdo de la sangre de mis parientes. No reparé como siempre, si alguien o yo mismo, escucha con atención la charla de mis vecinas, pero sí recuerdo que hablaban en voz baja y yo acerqué mi cara con la intención de atrapar alguna historia para más tarde poder contársela a Ustedes, pero no, aquella noche nó, porque yo más que atención me moría por la llegada de las once, o de las doce.
Poco importa la gente alrededor cuando llega la hora que uno espera, parece que uno queda solo en este lugar y solamente intentas atesorar palabras para ese momento preciso de las doce, para guardarlo todo como un secreto precioso. Nadie como yo, a las doce, desea que unas porciones de vida que entra en la taberna me desnuden otra vez como de niño. Una música suave llega y dispersa en su aroma una señal de plantas, decía yo al principio, ahora, tras un par de horas he notado en las señales que algo tan tangible como un rostro que se acerca es lo que me hace acomodar, más si cabe, a la silla que guarda mi espalda, porque así, más acomodado, no se me escapará su risa y no tendré ninguna prisa en, también, acomodar mi pelo tras sacarme la boina..., o ver un gato blanco desdibujar en mi libreta unos poemas, unas faltas.
Entró y adentro todo el mundo tuvo la certeza que el lenguaje iba a ir creciendo, y, tras el lenguaje, por supuesto, el reconstruir de un puente que estará hecho de risa. Entró como una promesa que respira dentro de un abrigo blanco, destetado, por alguna madre. Entró como un desfile de luz con su bufanda puesta y se renovó el tiritar de un beso, o el palpar de un sueño. Si cerrara ella, Xana, los ojos en ese momento, se guardarían junto a su blanco todos los surcos que el viento con su tibia mano antoja de azúcar las sonrisas. Pero nó, no cierra los ojos para poder rotar sus brazos hacia esa posición de abrazo, y espera; espera paseando cierta gracia femenina por el trozo de una chispa de cristal que atrapó de las espumas de una risa en cualquier playa. Parecía ir contando, mesa a mesa, con esas idas y venidas de pasitos cortos, que la ambición siempre se lleva a media asta y el amor, o la bondad, con una sonrisa que calza de número un corazón y crucifica, de luz, la luna. Sí, creo que me levantaré y dejaré las servilletas escritas encima de la mesa. Acunaré entre sus brazos unas palabras que tiemblan en mi memoria y dejaré que su mano se acerque a mi boca, y así ella aquietará mi voz para que alguna golondrina busque otra primavera, o lo que es lo mismo..., la paz de su beso.
Mi madre me dijo un día que cuando el aire abre sus venas los aromas sutiles de la lluvia acostumbran a clarear primaveras en las noches y salen de paseo todas Xanas, y es por eso, que a la mañana siguiente regresan todos los pájaros.
Entre mañana y mañana y noche y noche me permito aconsejarles Señores y Señoras, que disfruten Ustedes de su tiempo.
Xándalu
4 comentarios
Amora -
Me alegra que te gusten los escritos de Jandalillo.
Es todo un orgullo tener sus letras aquí.
Otro beso para ti.
Amora.
jazmin -
Sabes? eres especial escribiendo te entretienes en comparar y estrujas tú entorno de una manera especial.
Me encanta leerte.
Un abrazo para Amora y para tí.
Amora -
Gracias por tu comentario.
Un beso.
Amora.
P.D. Jandalillo creo que ni sabe que tiene su escrito aquí, cuando vuelva de sus vacaciones ya se lo diremos.
Sakkarah -
Un beso para los dos.